Costos de la degradación ambiental
El dejar de invertir y buscar mejorar nuestros sistemas de tratamiento de aguas residuales tiene numerosas consecuencias graves tanto para la salud de la población como de los ecosistemas, que se traducen en costos para la nación. Las descargas no controladas de contaminantes disminuyen la calidad del agua y agotan el oxígeno que peces y demás especies acuáticas requieren para vivir. Según el INEGI, en el 2019, los costos totales por agotamiento y degradación ambiental ascendieron a un 4.5% del PIB, o 1,096,970 millones de pesos, de los cuales 81,978 millones de pesos estuvieron directamente relacionados a la contaminación del agua (INEGI, com. prensa 623/20, 04/12/20). Las autoridades y las poblaciones locales están cada vez más conscientes de la importancia de los servicios que proveen los ecosistemas y florecen los proyectos de restauración de bosques, cuencas, ríos, humedales, manglares y arrecifes. Por ejemplo, el gobierno del Estado de Quintana Roo invierte cerca de 2 millones de pesos al año para restaurar sus arrecifes, degradados por el cambio climático pero también por la proliferación de macroalgas y enfermedades emergentes, vinculadas con una mala calidad del agua proveniente de la costa (McField et al., 2020). La condición de la mayoría de los ríos mexicanos lleva a usar la gestión adaptativa para la restauración de ríos como una herramienta para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, que ha iniciado planes para la recuperación de diversos ríos de nuestro país, entre los que destacan el río Atoyac, en Tlaxcala y Puebla; el Yaqui, en Sonora, y el Grijalva, en Tabasco, por mencionar solo algunos (IMTA, 2020-34). Los convenios administrativos entre la CONABIO y la PROFEPA para llevar a cabo el Programa de Restauración y Compensación Ambiental han movilizado recursos millonarios (en dólares) para compensar los daños ambientales causados y restaurar los ecosistemas dañados. No obstante, los ecosistemas dañados raras veces regresan a su estado de salud previo a la afectación y en vez de restauración muchos prefieren los términos de remediación, rehabilitación, revitalización etc. Frente a consecuencias cada vez más graves debidas a la degradación de la biodiversidad, como, por ejemplo, brotes pandémicos, se torna indispensable, prevenir y evitar a toda costa que los ecosistemas de los cuales dependemos directamente se vean impactados, sobre todo aquellos que están estrechamente vinculados con el agua.
https://www.gob.mx/imta/es/articulos/restauracion-de-rios-un-paso-hacia-la-sustentabilidad-hidrica?idiom=es
https://www.biodiversidad.gob.mx/conabio/proyectos/programa-de-restauracion-y-compensacion-ambiental
https://www.inegi.org.mx/app/saladeprensa/noticia.html?id=6169
La contaminación del agua y los arrecifes de coral.
Los servicios ecosistémicos de los arrecifes de coral de México, y del mundo, son muy reconocidos. A pesar de cubrir menos del 1% del área de los oceános, se estima que estos ecosistemas proveen de hábitats para aproximadamente 25% de las especies marinas, teniendo así un papel muy importante para la biodiversidad pero para la seguridad, la protección costera, el bienestar, la seguridad alimentaria y económica de cientos de millones de personas. El valor de los bienes y servicios proporcionados por los arrecifes de coral se estima en 2,7 billones de dólares EE.UU. por año, incluidos 36.000 millones de dólares en turismo de arrecifes de coral. Sin embargo, los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas más vulnerables del planeta a las presiones antropogénicas, incluidas las amenazas globales del cambio climático y la acidificación de los océanos, y los impactos locales de la contaminación terrestre, como el aporte de nutrientes y sedimentos de la agricultura, la contaminación marina, la sobrepesca y prácticas de pesca destructivas. (https://gcrmn.net/2020-report/)
En reconocimiento al valor de los arrecifes de coral, el gobierno del estado de Quintana Roo aseguró los arrecifes del Caribe mexicano contra daños por huracanes, la primera póliza de seguro para proteger una estructura de vida natural en el mundo (https://www.nytimes.com/ 2020/12/05/climate/Mexico-reef-climate-change.html). La póliza de seguro entró en vigor cuando el huracán Delta tocó tierra en Puerto Morelos el 7 de octubre de 2020, con ráfagas de viento máximas de 175 km / h. El ecosistema del arrecife de coral sufrió daños importantes al absorber la energía de las olas generadas protegiendo así las playas y la inversión millonaria del sector turístico de Quintana Roo que aporta alrededor del 2% del PIB nacional. Los corales afectados fueron rescatados, reubicados y restaurados, pero se enfrentan retos crecientes para su sobrevivencia debidos en especial por la calidad del agua.
La hidrogeología kárstica de la península de Yucatán es muy compleja con muy poco suelo y canales de disolución (o “ríos” subterráneos) que permiten una filtración muy rápida con un transporte hacia la zona costera. Este sistema subterráneo facilita la entrada de contaminantes como los efluentes de aguas residuales conteniendo patógenos y nutrientes, fertilizantes, pesticidas etc…El aumento de nutrientes en las aguas costeras del caribe mexicano han causado la eutroficación de aguas oligotróficas, condición sine qua non para los arrecifes de coral. Estos nutrientes alimentan la proliferación de varios grupos de algas que compiten por el espacio, impiden el reclutamiento y el crecimiento de larvas de coral y son asociados a patógenos que provocan brotes graves de enfermedades en los ecosistemas (McField et al., 2020). Los arrecifes de coral están enfrentando un cambio de fase hacia un ecosistema dominado por algas, lo cual compromete todos los servicios ecosistémicos y puede representar pérdidas millonarias.
Pocos estándares toman en cuenta ecosistemas marino costeros tan complejos en sus diseños, no obstante, algunos, como el protocolo LBS del Convenio de Cartagena, los lineamientos de calidad del agua para la gran barrera de coral de Australia
Banaszak A.T. (2021) Contamination of Coral Reefs in the Mexican Caribbean. In: Häder DP., Helbling E.W., Villafañe V.E. (eds) Anthropogenic Pollution of Aquatic Ecosystems. Springer, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-030-75602-4_6